sábado, 30 de septiembre de 2017

MICRORELATO: EL VALLE DE LOS HUESOS SECOS 4

      MICRORRELATO: THE VALLEY OF DRY BONES 4    

EL ESPIRITU VENIDO DE LOS CUATRO VIENTOS ATERRIZÓ SOBRE EL EJERCITO.



"Espíritu ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos y vivirán"

     JAMAS  hombre alguno había emitido semejantes palabras.
     El espíritu entró en ellos venido de los cuatro puntos cardinales, y los muertos que estaban tumbados en el suelo se levantaron formando un gran ejercito.
     El profeta sabía que esa imagen que estaba presenciando costaría muchos años para que se la pudiera sacar de la cabeza. El aliento de vida de los patriarcas aterrizó sobre dicho ejercito.
     Un terrible ejercito que se perdía en el infinito del valle. Un ejercito de soldados listos para ser comandados. Nunca había escuchado el sonido del viento con tanta exactitud.
     Jamás el profeta había visto cosa alguna.
     Preparados para la guerra, esperando que los sofars, los cuernos de guerra sonaran como nunca.
     Ciertos cuervos de alrededor se posaban sobre los hombres de los generales de dicho ejercito.
     Entonces el Altísimo habló al profeta:
     "Todos estos huesos son la casa de Israel" Porque ellos dicen " Nuestros huesos se secaron y pereció nuestra esperanza"! Estamos totalmente destruidos". Palabras del Altísimo al profeta que sonaban con máxima autoridad. Y que se introdujo en la cabeza del profeta eliminando cualquier temor o duda sobre su Dios.
     El Dios de los ejércitos demostraba a Yechezqe que con él no se podía jugar.
      Yechezqe siguió profetizando, aún mas cosas tenia que decir del Altísimo :

      "Yo abro vuestros sepulcros pueblo mío; os  haré subir de vuestras sepulturas y os traeré a la tierra de Israel" Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis, y os restableceré en vuestra tierra Y sabréis que Yo jehová, lo dije y lo hice,"
     
  Una vez más el Altísimo demostraba al profeta que en cualquier momento podía organizar a los que estaban en la diáspora, apartados y subyugados a otros reyes e imperios. Que no lo olvidase, que pereciera cualquier pensamiento de duda sobre quien estaba detrás de todo esto.
     Una vez más Yechezqe claudicó ante la soberanía de aquel que lo eligió para semejante ministerio.

                                                                                        Micro relato basado en Ezequiel 36

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