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miércoles, 20 de marzo de 2019

CREATTIKUS (1) El pozo de Amranni

Creattikus-los-duendes-de-la-inspiración.
Creattikus : Los duendes de la inspiración.


     "Dicen que es magistral el poder de influencia de la luna sobre la tierra, los mares, y los seres vivos. En esta historia, las lunas, actuarían como presagio de que algo se cernía sobre la demarcación de Creatívia. La Magia infinita hacia mucho tiempo que se fue, desapareció. Solo quedaba la aparente normalidad y rutina, pero que fue un paréntesis, ya que tiempos difíciles y sombríos se avecinaban, sobre los personajes de esta fábula"
                                                                                                               
                                                                                                                 Faitfield

     Una respiración profunda se escuchaba dentro del bosque, el aliento de un ser veloz.  Lo que provocó que algunos animales espantados huyeran para sus madrigueras. 
     Alguien avanzaba chasqueando las hojas del suelo, como alma en vilo, desesperado, entristecido, con mucho miedo, y con ganas de llegar.
     Estaba ansioso por regresar a la aldea, y contar lo sucedido.
     Era de noche, y las dos lunas de Vedrúm antes de que convergiesen, daban suficiente luz a los caminantes de aquellos  bosques y praderas. Y en este caso, para que Milani pudiera correr con la seguridad de que no tropezaría con algo por el camino.
     No llevaba ninguna antorcha. ya que cuando ocurría el eclipse de las lunas, se hacia la total y absoluta obscuridad sobre la demarcación; durante dos horas. Por eso, sabía que su carrera en cierta forma era contrarreloj.
     Había abusado del tiempo extra que le dejaban sus padres, después de cumplir con sus obligaciones de ayudante de panadero, en el pequeño negocio familiar que gestionaba su familia. Un noble oficio, que estaba obligado a aprender, no con mucho entusiasmo, pues según él decía: Lo suyo era conquistar nuevos mundos.
     Venía de quedar a las doce de la noche, en el enigmático pozo de Amranni, con sus amigos, y compañeros de travesuras.
     Ya estaba acostumbrado a la riña de sus padres, siempre llegaba muy tarde a casa. Tan noble oficio, exigía madrugar mucho, más de lo habitual en aquellos contornos. Pero él, dada su juventud y vigor, podía aguantar con pocas horas de descanso.
     El negocio de sus padres, era el único de la aldea de Creatichela, por ello, debían atender todas las demandas de pan de los vecinos. Panes de levadura, de centeno, de higos, de pasas, de nueces, de tef, de raíces de sauco, de regaliz, sin levadura y tostado, toda una variedad; que tenía muy ocupada a la familia. Incluso, un año, en el concurso de panes de la demarcación de Creativia ganaron el primer premio.



Melderhim-el-guardian-de-las-dimensiones-oscuras-y-vigilante-del-universo
Melderhim, el guardian de las dimensiones oscuras y vigilante del universo.
 
 
 
 
     Constanci, Lagio y él, formaban un equipo muy peculiar. Eran unos duendes jóvenes, soñadores y empedernidos, con ganas de vivir gestas memorables, y batallas épicas.
     Sabían que había multitud de leyendas orales sobre dicho pozo. De niños, cuando los sabios las contaban, no se perdían ni una.   
     El pozo de Amranni, era un lugar misterioso, que solían visitar, ansiosos de locas aventuras que nunca transcurrían y de sueños interminables que no lograban materializar.
     Las historias del pasado los habían inspirado, aunque el presente, lo vivían con mucha apatía; resultaba ser rutinario. 
     El pozo había sido cerrado hace más de cincuenta años. Melderhim el guardián de las dimensiones oscuras y observador del universo lo cerró. La demarcación de Creatívia pertenecía a su protectorado. Tenía la potestad de poder administrarlo. Ya no se podía viajar en los mundos paralelos, ni visitar a los humanos, que siempre fue el más frecuentado. No se podía visitar la Tierra, ni inspirar a los humanos, con grandes dosis de creatividad, cosa que por siglos habían hecho.
     Vicent Van Gogh, Leonardo da Vinci, Miguel Angel, Picasso, Bethoven, Vivaldi, músicos, poetas, escultores, pintores, artistas, magos, trovadores, políticos... fueron sus pupilos, donde ellos dejaron su esencia, la Magicae Infinitum.
     La magia de la inspiración, se fue, solo quedaba en los recuerdos de aquellos afortunados, que tiempo atrás, la pudieron experimentar y vivir, los Sabios de Creatichela.
     El pozo de Amranni era un oasis en medio del desierto, que rodeaba a la aldea donde vivían dichos duendes. Servía como punto de encuentro para los viajeros, y como referencia, para los mapas cartográficos de dicha demarcación. Como sucedió en la Tierra, en la época del colonialismo, con determinados baobabs de África. Donde incluso el famoso descubridor misionero, David Livingstone, había apuntado en sus mapas de referencia para África. Esa idea, fue inspirada por los duendes de antaño.
     En las noches calurosas del mes de Sedec, los jóvenes de la aldea, solían irse a bañar a dicho pozo, ya que era más grande de lo habitual. Era un punto importante en el tráfico de viajeros de la zona, donde solían refrescarse los duendes por el día en sus múltiples viajes, y las pocas bestias de que disponían, podían ir a remojarse sus peludos y resecos hocicos.
     Milani y sus amigos, como jóvenes que eran, solían encontrarse por la noche en dicho pozo, para comentar todo lo que sucedía durante el día, y chismorrear sobre las damiselas que cortejaban, o incluso, sobre determinadas travesuras que realizaban.
     El pozo estaba a media hora de camino de la aldea. El sendero hacia el pozo estaba marcado por sí solo, de las idas y venidas de los duendes y viajeros.
     Milani, Constanci y Lagio fueron rechazados, tiempo atrás, para ser aprendices de los sabios. Ninguno quiso apostar por ellos, para llevárselos como sus discípulos. Por lo que en la demarcación, no podían aspirar a nada.
     Estaban destinados, solo aprender los oficios tribales, que existían en aquel entorno. Y lo que era peor, se les había pasado la edad de casamiento, sin formalizar ningún tipo de relación, siendo por lo tanto, una especie de deshonra para la aldea.
     Pero esa noche, sin duda, para uno de los tres, no hubo retorno...

                     *  *  *  *  *
    
    
     Milani avanzaba, para dar la alarma en la aldea. No estaba acostumbrado a correr tanto. Su físico, un tanto rellenito, impedía que pudiese tener un buen ritmo. Algunos animalitos del bosque paraban sus quehaceres, para olisquear el aroma ,un tanto desagradable, mezcla de sudor y harina, que emitía el joven duende.
     Mientras, a casi media hora de distancia, en el pozo, Constanci seguía con insistencia buscando a Lagio. El cual, cuando se tiró al agua para refrescarse, desapareció.
     Una y otra vez, con desesperación, Constanci llamaba a Lagio. En reiteradas ocasiones, buceaba todo el pozo, de arriba abajo, de izquierda a derecha, así, hasta quedar exhausto. Aunque, Lagio no daba señales de vida.
     La aldea era un sitio muy tranquilo y sosegado, según los jóvenes duendes, donde el aburrimiento acampaba sobre los cuatro puntos cardinales de la aldea. Por lo que Milani sabía que la noticia causaría un gran revuelo. No sabía, dudaba, de como lo tenía que exponer en cuanto llegara.
 

Creattikus-los-duendes-de-la-inspiración
Milani corriendo con desesperación


    
     
     Mientras avanzaba, ignoraba cuáles serían las palabras adecuadas, de que Lagio había desaparecido, no estaba. No fue algo normal, pensaba que fue casi por arte de magia.
     Llegó al poblado, por fin, tras un buen rato de ardua carrera. Los ojos los tenía enrojecidos, del sudor de la frente, que había acampado en ellos.
    Divisó  una de las calles más principales, pero dudaba  decírselo directamente a los padres, o informar, primero al alcalde de dicha aldea.
     Milani paró, y tragó saliva. Decidió como primer recurso comunicarlo primero al alcalde. Deducía, que aún continuaría despierto, ya que "era un ave nocturna".
     Se adentró en el centro de la aldea, pasó por la posada, y fue a parar a la siguiente esquina, donde había un garito nocturno de cervezas, llamado "Noblevita", que en otro tiempo hubiese parado para tomarse una cerveza de raíces de sauco. El tabernero, era bastante amiguete de los tres jóvenes duendes y de vez en cuando, permitía, que se tomaran algunas pintas, haciendo la vista gorda.
     En la demarcación, no se permitía beber alcohol hasta pasados los veinticinco años, pero de vez en cuando, unos cuantos "crears", que era la moneda de la zona, no venía mal al tabernero.
     Noblevita era la taberna principal de la aldea, central de chismorreos, y de debates políticos, de los que de vez en cuando se reunían.
     Pero en ese momento, todo quedaba a un segundo plano, por lo que Milani giró a la izquierda hasta toparse con la casa del alcalde.
     La puerta estaba entreabierta, ya que era costumbre  dejarla así, todos los de la aldea lo hacian. Tiempo atrás, comentaban los sabios, que los cerrojos de antaño siempre estaban reforzados con candados especiales. Sin duda, al estar el pozo abierto, era un agujero, tanto para los que iban como para los que venían. Muchas veces, los visitantes, no eran de la aldea, y de vez en cuando los que venían no traían sanas intenciones. Aunque después que el pozo se cerró, los de la aldea, no tenían nada que esconder, ni nadie de quien temer.
     Cuando llegó al comedor principal de la vivienda, se encontró al alcalde, junto con los demás sabios de la aldea, teniendo una velada tranquila y fumando en pipa. En la aldea, era un ritual para los fumadores en pipa, de encontrarse todos juntos, sobre todo si era de tabaco de regaliz, que era el tabaco que se cultivaba en dichos entornos. Mientras, iban solucionando con sus conversaciones todos los problemas, de los políticos de la demarcación, y de algunos pintorescos deportes que practicaban en la aldea, como el "hock", que si no se espabilaban, quedarían este año en los últimos lugares, en la liga regular de las aldeas.
     Milani entró de golpe. Todos pararon sus conversaciones, y se percataron del atrevimiento de dicho joven. El alcalde, el más joven del grupo, como anfitrión giró la cabeza y al ver a Milani le preguntó:
    ¿Que te pasa Milani? ¿Por qué has entrado de esa forma? 
     Milani lo miró como avergonzado. Los ojos se le llenaban de lágrimas, aunque se contuvo. No estaba bien visto, expresar las emociones de esa forma.
    Lagio, señor, Lagio, que no lo encontramos. Ha desaparecido.— 
     El alcalde se levantó de sopetón de su mecedora, y se acercó a Milani. Los sabios alarmados preguntaron a la vez:
     ¿Donde?  ¿Cuando? ¿Como?
     El joven no se atrevía a mirar a los ojos del alcalde, por lo que mirando al suelo, dijo al respecto  Fuimos a bañarnos al pozo, lo solemos hacer en estos días tan calurosos. Lagio, se tiró de cabeza, pero empezó a pasar el tiempo, y no salía. Constanci y yo, nos empezamos a preocupar, y nos tiramos al agua, para ver que pasaba. Enseguida llegamos al fondo, porque como Vds. saben es un pozo solo de dos metros de profundidad, pero allí no estaba. Constanci se ha quedado en el pozo, para ir rebuscando. Sin embargo, no sabemos nada más... Yo he venido para avisar a la aldea, y por eso aquí me tienen.
   Puede que os haya gastado una broma.dijo el alcalde y prosiguió hablando No os acordáis la que montó en el tiempo de la vendimia, cuando se escondió dentro de la cuba de vino, respirando con una pajita. Para luego, dar un susto de muerte a las jóvenes que vinieron para pisotear las uvas. O cuando hizo una barra de pan gigante, y se metió dentro de ella, para asustar, a la gente que participaba en el concurso de panes de la demarcación
    También, cuando se disfrazó de espantapájaros, y por la noche asustaba a las hermanas Faluchi, cuando iban a sembrar. Comentó uno de los sabios, que estaba como a un metro de distancia, junto a los demás.
    Perdón Señor, ese no fue Lagio...fui yo  contestó Milani con resignación.
     Algunos de los sabios fumadores de pipa, no lo pudieron evitar y empezaron a reírse.
    Sigo pensando que Lagio nos está gastando una broma comentó el alcalde.
    Si lo sé... pero esto es diferente. Nosotros vimos con nuestros propios ojos, como se tiró de cabeza al rio. Empezó a bucear y no salió a la superficie.  dijo Milani.
    ¿Estas seguro de lo que estás diciendo?—Preguntó el alcalde en un tono bastante serio.
     Tan seguro como que las Lunas de Vedrum todos los venerdi se cruzan. Contestó el joven Milani, provocando un pequeño alboroto, en los allí presentes. Tal juramento, nombrando la Lunas de Vedrum, si no era veraz era castigado solemnemente. Con testigos, tenía el mismo valor que el pergamino firmado.
     El alcalde miró con mucha seriedad a Milani, se rascó la cabeza, hizo una calada con intensidad en la pipa, la cual ya se había acabado. El alcalde se extrañó de que se consumiera tan rápido, la dejó encima de la chimenea y decidió ir al pozo personalmente. Los sabios allí presentes decidieron también acompañar al alcalde. Tenían que hacerlo con mucho sigilo, ya que en un principio no querían que los habitantes de la aldea se enterasen. No querían alarmar a la aldea, hasta que por sí mismos pudieran confirmar la situación. Lo que les obligaría a tomar ciertas decisiones drásticas, que en un principio no querían contemplar.


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Reunión de los sabios de Creatichela.


     En cuestión de media hora, quedaron en la posada de la aldea. Estaba en la última calle y no muy iluminada. Fue el punto de encuentro, antes de tomar la senda que les conduciría al pozo de Amranni.
     Salieron con sus quinqués llenos de aceite, con cuerdas, y con una bestia por si tenían que tirar. Esa noche, un grupo de seis duendes salieron hacia el pozo, los cuatro sabios, el alcalde y Milani. Acordaron no comentar nada a los Padres del joven que iban a buscar, para ahorrarles un posible disgusto. Con la esperanza, de que todo fuera una broma de mal gusto de Lagio. Y que dicha situación, quedara como una mera anécdota.
     Aunque esa noche, las lunas revestían con magnificencia la aldea y la demarcación. Los pequeños lobariums de la zona lanzaban aullidos finos, pero repetitivos. Las lunas tenían un matiz especial. Un tono rojizo había aparecido sobre el esplendor de ellas. Según los antiguos, era un mal presagio.
     El alcalde se dio cuenta, y no le gustó ni un pelo. Pero no quiso alarmar a nadie. Se imaginaba que algo tremendo se estaba entretejiendo en la aldea de Creatichela, y en las otras aldeas de la demarcación. El tiempo de paz y de aparente tranquilidad se estaba acabando. Solo que las nuevas generaciones no estaban acostumbradas a lo que se les venia encima. La Magicae Infinitum comenzaba a brillar...


                        C O N T I N U A R Á...
    
         
    
CREATTIKUS 2 : CUANDO LAS DOS LUNAS DE VEDRUM SE CRUCEN.
    
    





viernes, 15 de marzo de 2019

CREATTIKUS 2 Cuando las lunas de Vedrum se crucen.

 
 
 

Cap. 2   CUANDO LAS LUNAS DE VEDRUM SE CRUCEN.
    
     Constanci estaba desesperado. Él, era el mayor del grupo, en cierta forma siempre había liderado. Sin embargo, esta situación le venía un poco grande. Se negaba aceptar, que uno de sus mejores amigos había desaparecido como por arte de magia. Se esfumó, desapareció.
     Con mucha insistencia y determinación buceó todo el pozo. Tocó el suelo con sus manos, palpó las paredes, cada metro, cada centímetro. Aguantó la respiración más de lo permitido, estableciendo su propio récord personal. Esa era una de las actividades que solían practicar los tres amigos. Bucear y saber quien de los tres aguantaba más. Pero todas esas destrezas ya formaban parte del pasado, eso quedó para otros tiempos.
     Para él, todo era inadmisible, se escapaba de su control, de su comprensión. Se sentía débil, frustrado y sobre todo muy triste.
     Al salir del pozo, se quedó por un instante mirando las estrellas, mirando las lunas, apoyado con sus brazos en la parte superior del muro. No podía evitar que alguna lagrima se le escapase, recorría todas sus mejillas hasta llegar al suelo.
     Cuando vino el alcalde, con Milani y el grupo de sabios, se lo encontraron sentado en el suelo, apoyado con su espalda en el muro, completamente empapado de agua, y con los ojos cerrados.
     El alcalde se le acercó, y agachándose para estar a su misma altura le pregunto:
     ¿Sabes algo de Lagio?
     Constanci levantando la cabeza le dijo:
     Lo he intentado todo. He buceado por dentro, he palpado cada metro del pozo con mis manos. Casí me he quedado sin respiración, pero, no lo he encontrado.
     Tranquilo, has hecho lo que has podido. Dijo el alcalde, el cual se levantó, y se dirigió a todos los allí presentes.
     Vamos a peinar la zona. Marcharemos en grupos de dos, menos los que iremos al norte, que seremos tres. Peinaremos un radio de ocho kilómetros, punto de partida desde el pozo en los cuatro puntos cardinales. Palmo a palmo, iremos comprobando todo el terreno. Cualquier pista, o indicio lo comentaremos después.
     Los grupos marcharon, cada pareja con su quinqué lleno de aceite. La noche prometía ser larga. Y guiados sobre todo, por el resplandor de las lunas, que por aquellas latitudes tenían una iluminación bastante potente. Con la esperanza de poder encontrar a Lagio.




    

     Pasó el tiempo, y volvieron de madrugada. Muy cansados, ya que estuvieron andando toda la noche, voceando, para ver si aparecía Lagio.
     Tenían como consigna aparecer todos en casa del alcalde. Preocupados, desanimados y sin ganas de seguir buscando. En sus corazones no albergaba ningún atisbo de esperanza. La noche fue muy larga; demasiado larga. La decepción acampaba en sus corazones.
     Hacia cincuenta años de la tranquilidad de aquellos contornos, pero eso inexplicablemente se acabó. Ya no estaban acostumbrados a vivir como antes, con incertidumbre.
     En la casa del alcalde, plano sobre plano, fueron comparando todos los bocetos existentes sobre dicho pozo, de cuando tiempo atrás, mucho tiempo atrás, fue construido. Pero, en todos los planos daba el mismo resultado. El pozo era ciego, es decir, sin ninguna salida interior subterránea, ni conexión con el exterior. 
     Nunca habían entendido, porqué el agua estaba tan cristalina y limpia, pues no se comunicaba con ningún rio subterráneo de la zona. Daban por sentado, que eso siempre había sido obra de Melderhim, el guardián de los universos.


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     Milani y  Constanci se fueron directamente a sus casas, los sabios les encargaron que llevaran la bestia directamente al abrevadero que había en la cuadra de uno de los sabios. Aunque, con doble intención, ya que así planearían cual seria el siguiente, paso sin la presencia de esos dos mequetrefes.
     En un par de horas comenzaba sus horarios de trabajo. Los dos, tenían negocios familiares que atender. Confiaban que los sabios junto con el alcalde tomasen decisiones sabias en cuanto a la situación.
     No nos queda más remedio que ir a informar a los padres de Lagio comentó el alcalde a los allí presentes.  
     Sería bueno poder mandar un mensajero que vaya preguntando sobre el paradero de Lagio, en las otras aldeas.—Comentó uno de los sabios.
     —Aunque según estos jóvenes, creo que pertenece más a la Magia infinita, que no de una excursión a las otras aldeas—prosiguió.
     —Angilo, uno de los sabios, referente de la aldea, se levantó de la silla de golpe. Parecía que todo ese tiempo que estaba callado le sirvió para después de reflexionar y saltar con ímpetu al grupo:
     —Todos somos conscientes de que Julius y Anavaig han sido siempre un ejemplo de honestidad e integridad en la aldea. Exceptuando alguna travesura de su hijo Lagio. Todos sabemos lo que sufrimos, cuando veíamos a esta pareja pasarlo mal, porque Los seres que nos vigilan no les daban el don de tener hijos. Toda esa situación la sufrimos en comunidad. ¿No os acordáis? De cuando al final Anavaig se quedó embarazada, lo celebramos como si fuera una fiesta conmemorativa. Lagio nos vino por sorpresa !Fue un regalo para todos!—El sabio Angilo se estaba emocionando cuando decía dichas palabras, por lo que hizo un pequeño parón en su charla para cargar su pipa, una vez más, de hierba de regaliz y prosiguió con su alegato.
     —El dia que nació Lagio lo declaramos "festivo", ese dia nadie trabajó. Y las pintas de cerveza de raíces de sauco circulaban por toda Creatichela. Os acordáis, que en el parto nos turnamos con Julius para poder ayudarle y asistir a su mujer. Por lo que compartimos con ellos su dolor, pero también su alegria.—
     Angilo se sentó y tubo que limpiarse las lagrimas con el brazo. Mientras otro sabio, en este caso, Geido retomó la conversación:
     —Angilo, todo esto que nos dices está muy bien... pero ¿Dónde nos quieres llevar a parar?
     El sabio Angilo, se giró hacia el alcalde y dijo al respecto —¿Nos queda polen mental?—
     En ese momento, se escuchó una pequeña exaltación, y luego empezó una murmuración que cada vez cobrava mas fuerza. El alcalde no tuvo más remedio que retomar la situación y dijo:
     —El polen mental tiene tres características: Te hace dormir. Te hace olvidar, o reaviva a todos los seres inhóspitos que permanecen aletargados. De las tres, ¿Para cuál lo quieres?
     Angilo lo miró, sabía y era consciente de lo que tenía que decir, marcaría la diferencia, pero pensó...
!Que narices! Vamos a por todas.
     —Para dormir, he pensado en dormitar a los padres de Lagio, hasta que demos con su pista y lo traigamos sano y salvo a su casa. Quiero evitar cualquier tipo de sufrimiento a sus padres, no se lo merecen.
     —Pero eso, traería la maldición de Melderhim y no caería bien en Los Seres que nos vigilan.— Contestó otro de los sabios, el más fumador. El que nunca acababa su pipa.
     —!Que los zurzan¡ — Contestó con voz fuerte.
     —¿Como? — Contestaron todos al unísono.
     —Llevamos castigados más de 50 años, sin poder bajar a la Tierra. Por una pequeña gamberrada que hicimos cuando éramos jóvenes como Milani, Lagio y Constanci ¿Que no los veis? Son pastados a nosotros. Creo que por eso no los elegimos. Nos recordaban a nosotros y al sentimiento de culpabilidad que arrastramos.—dijo el sabio Angilo con voz fuerte.
    —Si, pero eso pasó hace mucho tiempo.— Contestó el alcalde.
     —El pozo se cerró, aunque todos sabemos que cuando las dos lunes de Vedrum se cruzan, si estamos posicionados en el ángulo exacto podremos viajar hacia las moradas de Melderhim. Y allí podremos hablar con él. Estoy cansado de que le brindemos pleitesía a alguien que no se preocupa los más mínimo por nosotros.—
    Contestó Angilo con mucha emotividad.
     Todos los que estaban reunidos se callaron. Angilo habló a través de sus conciencias. Llevaban mucho tiempo sin saber sobre su benefactor.
     — Si nos castiga... es señal de que le importamos—Contestó el más callado de todos lo sabios, el que nunca había hablado.
     El alcalde se levantó y propuso :
     — Tres de nosotros, cuando se crucen las lunas de Vedrum, viajaremos hacia Melderhim. Y dos irán ahora para dormir, no solo a los padres de Lagio sino también a todos los habitantes de nuestra aldea. Tenemos en Creatichela mucho avispado sin nada que hacer entre semana, y mucho que indagar. Después, se quedaran para que no venga ningún foráneo de otra aldea. No se tiene que enterar de momento la aldea de lo sucedido con Lagio. ¿Os parece bien ?
     —Si, alcalde. Contestaron todos.


                                   *  *  *  *  *

     Milani y Constanci ya estaban llegando a sus hogares. Un nuevo dia de trabajo duro les esperaba. Milani se incorporaria a su panadería y Constanci a su zapatería.
     —Creo que los sabios saben cosas que nosotros desconocemos...—dijo Milani.
     —Por eso son sabios.—Contestó Constanci con cierta sonrisa.
     Algo estaba tramando Milani. No estaba muy convencido de la situación, por lo que se paró un momento y le dijo a Constanci :
     —Tú y yo siempre hemos sabido que cuando todos los venerdi, cuando se cruzan las lunas de Vedrum, ocurren fenómenos paranormales, ¿Verdad? Pues mañana es venerdi, eso quiere decir o intuyo que deberíamos estar allí. ¿Que te parece?
     Constanci no estaba al caso de lo que iba explicando Milani, debido a que vio algo a lo lejos que le llamó poderosamente la atención. Se llevó a Milani a una esquina de una casa.
     — ¿Qué hacen estos con un aventador? Constanci se dio cuenta de que a lo lejos estaban andando dos de los sabios, uno con un aventador en el brazo y el otro con una escalera doble.
     Fijó la mirada en los ancianos para no perderlos de vista y comentó al respecto:
     —¿Qué fuego tienen que avivar a estas horas? No lo entiendo.
     Milani puso cara de sorprendido, porque tampoco entendía nada. Sigilosamente empezaron a seguir a los Sabios pero con mucho temple para que no fueran descubiertos.
    






     Los sabios llegaron a una casa y los jóvenes duendes se escondieron detrás de un árbol. Los sabios con la escalera subieron hasta la chimenea Y de una bolsita que tenía uno de ellos en un zurrón sacaron unos polvos brillantes, que los esparcieron por la chimenea. Y con el aventador, bien cogido, comenzaron a provocar aire, moviendo las aspas para que esos polvos llegasen  a todos los rincones de la casa.
     A los dos minutos, bajaron con cuidado los sabios y se empezaron a acercar a una ventana para mirar y comprobar el interior de la casa. Y mirando por la ventana uno comentó al respecto:
     —Están dormidos. Vayamos a la siguiente casa.—
     Toda esa situación extrañó mucho a los jóvenes duendes, los cuales se percataron de que estaban durmiendo a todos los habitantes de la aldea. Ellos no querían dormir. "A saber cuando nos despertarían" pensaban al respecto. Por lo que empezaron a marchar hacia atrás; por donde habían venido. Y decidieron ir hacia el bosque para poder esconderse. Ellos no querían ser dormidos, al contrario, exigían vivir múltiples aventuras.

                          C O N T I N U A R Á

CREATTIKUS 3

    

sábado, 3 de marzo de 2018

CREATTIKUS 1 El pozo de Amrani.

CREATTIKUS

    LOS DUENDES DE LA INSPIRACIÓN



Creattikus-los-duendes-de-la-inspiración
LOS DUENDES DE LA INSPIRACIÓN.
   
     Dicen que es magistral el poder de influencia de la luna sobre la tierra, los mares y sobre los seres vivos. En esta historia actuaría también como presagio, de que algo se cernía sobre la demarcación de Creativia.
     Las leyendas hablaban de la Magia Infinita, como algo excepcional que pasó hace mucho tiempo. La aparente normalidad y rutina se estaba desquebrajando dando pie a un tiempo incierto. Una nueva realidad se cernia sobre ellos.

      Una respiración profunda se escuchaba dentro del bosque. Era el aliento de un ser que corría. Algunos animales espantados iban para sus madrigueras.
     Alguien avanzaba chasqueando las hojas caídas de los arboles, con cierto espíritu entristecido, y mucho miedo.
     Milani corria como alma en vilo, desesperado, con muchas ganas de llegar a la aldea. 
     Estaba ansioso por contar lo sucedido.
     Era de noche, y las dos lunas de Vedrum antes de que convergiesen daban suficiente luz para los caminantes nocturnos de aquella pradera, y en este caso, para que Milani pudiera avanzar con la seguridad de que no tropezaría con ningún obstáculo en el camino.
     Había abusado del tiempo extra que le dejaban sus padres; después de cumplir con sus obligaciones como ayudante de panadero, en el pequeño negocio familiar que gestionaban. Un noble y antiguo oficio que desempeñaba. No con mucho entusiasmo, porque según él decía: “Lo suyo era descubrir nuevos mundos”.

     Venia de quedar a las doce de la noche en el pozo de Amranni, con sus amigos y compañeros de travesuras. Sus padres siempre le reñían. Llegaba a casa siempre muy tarde. Pues tal noble oficio exigia madrugar mucho, antes de lo habitual en la aldea.
     Pero, él, dada su juventud y vigor podía aguantar con pocas horas de descanso.                                                                                                
     El negocio de sus padres era la única panadería de la aldea, la cual, debía atender todas las demandas de pan de los vecinos del entorno. Panes de levadura, de centeno, de leche, de especies, de raíces de sauco, de nueces, con higos, con pasas, sin levadura, tostado y muchos más. Toda una variedad, que tenía a la familia bastante ocupada. Incluso, llegaron a ganar el concurso de panes de las aldeas de Creativia.
     Para Milani era de vital importancia lo que había pasado. Uno de sus mejores amigos se tiró al Pozo de Amrani, pero desapareció. No se lo podia creer, tanto él como su otro amigo Constanci. Lagió se fue, se tiro al pozo y no volvió a aparecer.


   


Melderhim-en- creattikus
Melderhim
     Constanci, Lagio y él, formaban un equipo muy peculiar. Eran unos jóvenes soñadores empedernidos, con ganas de vivir gestas memorables y batallas épicas.     
     Sabían que había multitud de leyendas orales sobre dicho pozo. Sobre todo, de niños, cuando los sabios las contaban no se perdían ni una.
     El pozo era un lugar enigmático que solían visitar, ansiosos de locas aventuras que nunca ocurrían y de sueños interminables que nunca solían materializar.
    Las historias del pasado los habían inspirado, aunque el presente lo vivían con mucha apatía ya que resultaba ser muy rutinario.
    El pozo había sido cerrado hace cincuenta años. El sabio Melderhim guardián de las dimensiones oscuras y observador del universo lo cerró.
    La aldea donde vivían junto con la demarcación de Creativia pertenecía a su protectorado. Tenía la potestad para poder administrarlo.
     Ya no se podía hacer viajes interestelares, ni tridimensionales, ni pasar del paralelo de donde ellos vivían hacia los humanos, que era el más frecuentado. No se podía visitar la Tierra, ni inspirar a los hombres. Cosa que por siglos habían realizado.
     Leonardo da Vinci, Picasso, Miguel Ángel, Vicent Van Gogh, músicos y escultores, constructores de catedrales, poetas, magos, trovadores, escritores, políticos y muchos más, fueron pupilos donde ellos dejaron su esencia.
     La magia de la inspiración se fue. Solo quedaba en la mente de aquellos afortunados que tiempo atrás la pudieron vivir, como únicos testigos de antaño, los sabios de Creatichela.
     El pozo de agua de Amranni, era un oasis en medio del desierto que rodeaba a la aldea donde vivían todos. Servía como punto de encuentro para los viajeros y como referencia para los mapas cartográficos que tenían a su disposición, la "Magicae Infinitum".
     Como sucedía en la Tierra, en la época del colonialismo, con determinados baobabs de África. Donde incluso el famoso descubridor y misionero David Livingston los utilizaba como referencia en sus planos. Dicha idea le fue inspirada por los duendes de antaño.
    

     En las noches calurosas del mes de Sedec, los jóvenes de la aldea solían irse a bañar a dicho pozo. Ya que era más grande de lo habitual. Siendo un punto importante en el tránsito de la zona. Donde podían refrescarse los viajeros por el día y las pocas bestias de que disponían podían remojar sus peludos y resecos hocicos.
     Milaní y sus amigos como jóvenes que eran solían encontrarse para comentar todo lo sucedido en el día y chismorrear sobre las damiselas que solían cortejar o incluso sobre determinadas travesuras que solían acometer. Estaba a media hora de camino de la aldea. El sendero estaba marcado por si solo, de las idas y venidas de los transeúntes.
     Ellos, fueron rechazados para ser “aprendices de los sabios”. Ninguno quiso apostar por ellos y llevárselos como sus discípulos. Por lo que no podían aspirar a nada interesante. Estaban destinados solo para aprender los oficios triviales que se enseñaban en la aldea. Y lo que era peor, se les había pasado la edad del casamiento sin formalizar ningún tipo de relación siendo por lo tanto, una especie de deshonra para la aldea.
     Pero esa noche, sin duda para uno de los tres no hubo retorno...

 

                   *  *  *  *  *

    
 
     Milani corría, para dar la alarma en la aldea. No estaba acostumbrado a correr tanto. Su físico un tanto rellenito impedía que pudiese tener un buen ritmo. Algunos animalitos del bosque paraban de sus quehaceres para olisquear el aroma un tanto desagradable mezcla de sudor y harina que emitía dicho joven.
     Mientras, Constanci estaba en el pozo buscando a Lagio el cual había desaparecido cuando se tiró de cabeza al pozo para refrescarse.
     Una y  otra vez Constanci llamaba a Lagio. En reiteradas ocasiones recorrió todo el pozo buceando hasta acabar exhausto. Pero, Lagio no daba señales de vida.
     La aldea era un sitio muy tranquilo y sosegado donde según ellos el aburrimiento acampaba sobre los cuatro puntos cardinales de dicho poblado. Por lo que Milani sabía que la noticia causaría gran revuelo. No sabía cómo lo podría exponer cuando llegara a la aldea.






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Milani corriendo con desesperación.
      
    
     Mientras avanzaba, ignoraba cual eran las palabras adecuadas para contar a los padres de Lagio, de que su hijo había desaparecido en el pozo como por arte de magia.
     Llegó al poblado, por fin, después de un rato de ardua carrera.  En medio de la calle, dudaba, si decírselo directamente a los padres o por el contrario, ir a casa del alcalde para contarlo.
     Milani paró, el sudor empezaba a recorrer su frente. Tragó saliva y decidió como primer recurso ir directamente al alcalde de la aldea. Deducía que a estas horas aun seguiría despierto, ya que era "ave nocturna".
     Se adentró dentro de la aldea, pasó por la posada y fue a parar a la siguiente esquina donde estaba un garito nocturno de cervezas llamado "Noblevita" que en otro tiempo hubiera aprovechado para tomarse una cerveza de raíces de sauco. El tabernero era bastante "amiguete" de los jóvenes duendes. Y de vez en cuando permitía, que se tomaran una cerveza. En la demarcación, no se podía beber alcohol hasta pasados los 25 años. A fin de cuentas, unos cuantos, "crears" que era la moneda del entorno, no venían mal.
     Noblevita era el garito principal de la aldea, central de información de los chismorreos y cotilleos que de vez en cuando circulaban.
     En esos momentos todo eso quedaba en un segundo plano para Milani, por lo que giró a mano izquierda hasta toparse directamente con la casa del alcalde.
     La puerta estaba entre abierta, ya que era costumbre de todos los de la aldea. Tiempo atrás comentaban los sabios del pueblo que las puertas y cerrojos siempre eran reforzados con candados especiales; ya que el pozo abierto era un agujero tanto para los que iban como para los que venían.  Muchas veces los visitantes no eran de la aldea y no poseían sanas intenciones. Pero después que el pozo se cerró, no tenían nada que esconder ni nadie de que esconderse.
     Cuando llegó al comedor principal se encontró al alcalde junto con los sabios del pueblo teniendo una velada tranquila y fumando en pipa. En la Aldea, era un ritual entre los adultos fumadores de pipa, sobre todo si fumaban hierba de regaliz que era la que cultivaban por dichos contornos. Mientras, iban solucionando con sus charlas todos los problemas del entorno, de los políticos de la demarcación y de algunos deportes pintorescos que se practicaban. Y de como el equipo de la aldea como no se espabilara en el hock quedaría en los últimos puestos de la liga de aldeas.
     Milani entró de golpe. Todos pararon sus conversaciones y se percataron del atrevimiento de dicho joven. El alcalde, el más joven del grupo como anfitrión giró la cabeza y al ver a Milani le preguntó:
     —¿Qué te pasa Milani? ¿Por qué has entrado de esta manera?
     Milani lo miró como avergonzado, los ojos se le llenaban de lágrimas, aunque se contuvo. No estaba bien visto expresar las emociones de esa forma en dichos contornos.
     —Lagio, señor, Lagio, que no lo encontramos. Ha desaparecido...
     Todos los sabios allí presentes gritaron a la vez:
     —¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?
      El alcalde se levantó de sopetón de su mecedora y se acercó a Milani. El joven no se atrevía a mirar a los ojos del alcalde por lo que mirando al suelo, dijo al respecto:
      —Fuimos a bañarnos al pozo, lo hacemos normalmente en estos días tan calurosos. Lagio se tiró de cabeza, pero no salió. Yo y Constanci nos tiramos de golpe. Y enseguida llegamos al fondo, pues como saben es un pozo de dos metros de profundidad, pero allí ya no estaba... Constanci se ha quedado en el pozo para ir rebuscando, sin embargo, no sabemos más... Yo he venido para avisar a la Aldea. Y aquí me tienen.
      —Puede que os haya gastado una broma —dijo el alcalde.
      —¿Broma? —contestó Milani.
      —No os acordáis la que montó en el tiempo de la vendimia cuando se escondió dentro de la cuba de vino, respirando con una pajita. Para luego, dar un susto de muerte a las jóvenes que iban a pisotear las uvas. O cuando hizo una barra de pan gigante y se metió dentro para asustar a la gente del concurso de panes.
       —También, cuando se disfrazó de espantapájaros y por las noches asustaba a las hermanas Faluchi cuando iban a sembrar—comentó uno de los sabios que estaba como a un metro de distancia, junto a los demás.
      —Perdón, señor, ese no fue Lagio, fui yo. —Contestó Milani.
      Algunos de los sabios fumadores de pipa empezaron a reírse.
      —Sigo pensando que Lagio os está gastando una broma—comentó el alcalde.
      —Si lo sé, pero esto es diferente... Nosotros vimos con nuestros propios ojos como se tiró de cabeza al pozo, empezó a bucear y no salió a la superficie —dijo Milani.
      —¿Estás seguro de lo que nos estás diciendo? —Preguntó el alcalde con un tono bastante serio.
      —Tan seguro como que las Lunas de Vedrum todos los venerdì se cruzan. —Contestó Milani, provocando cierto alboroto en los allí presentes, ya que tal juramento en tiempos antiguos si no se demostraba su veracidad era castigado. Por lo que cobraba un valor especial. Dicho juramento si había testigos tenía la misma validez incluso que el papel firmado.
      El alcalde miró a Milani con mucha seriedad y decidió ir al pozo personalmente. Los sabios allí presentes decidieron también acompañar al alcalde. Tenían que hacerlo con mucho sigilo ya que no querían en un principio que los habitantes de la aldea se enterasen de la excursión hacia el pozo. No querían alarmar a la aldea hasta  que por sí mismos ellos pudieran confirmar la situación. Lo que les obligaría a tomar ciertas medidas drásticas que en un principio no querían contemplar.

     



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Milani reunido con el Alcalde y los sabios.

   Quedaron en cuestión de media hora en la posada de la aldea. Ya que estaban en la última calle y no estaba muy iluminada. Como punto de encuentro antes de tomar el camino que les conduciría hacia el pozo.
     Salieron todos juntos bien preparados, con sus quinqués rellenos de aceite, sus cuerdas y con una bestia del campo por si tenían que tirar.
      Esa noche un grupo de seis duendes decidieron salir del pueblo para dirigirse al pozo de Amranni. Los cuatro ancianos, el alcalde y Milani. Acordaron no decir nada a los padres del joven que iban a buscar, para ahorrarles un posible disgusto, pero con la esperanza de que todo fuese una broma de mal gusto, como las que hacia Lagio. Y que dicha situación quedara como una mera anécdota.
      Aunque esa noche, las lunas  revestían con magnificencia la aldea y las cercanías. Tenían un matiz especial. Un tono rojizo había aparecido sobre el esplendor de ellas. Según los antiguos, eso era un mal presagio.
      El alcalde se dio cuenta, y no le gustó ni un pelo de lo que se percató, pero no quiso alarmar a nadie. Se imaginaba que algo tremendo se estaba cociendo por la villa de  Creatichela y por las otras villas de la demarcación.

    

 
 
                                                   C O N T I N U A R Á.


CREATIKKUS 2 CUANDO LAS LUNAS DE VEDRUM SE CRUCEN.

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David.